Bahamonde Bahamonde, Fernando Ariel2024-06-262024-06-262015-11https://repo.umc.cl/handle/umc/4376La puntualidad en la escuela es una actitud que se adquiere desde los primeros años de vida mediante la formación de hábitos en la familia, donde las normas y costumbres establecen horarios para cada una de nuestras actividades. También es un reflejo de respeto al tiempo de los demás, ya que en la escuela y en la vida social, la puntualidad es un signo de buena educación. Al ingresar a la escuela, se desarrollan todas las actividades de acuerdo a un horario que se establece en los reglamentos internos. Estos horarios permiten tener un orden, además que ayudan a la coordinación de las clases y descansos; todo esto consolida la actitud aprendida en el hogar. Sin embargo, en algunos casos hay personas que constantemente llegan tarde y, generalmente presentan excusas, por ejemplo, no sonó el despertador, mi mamá me retrasó, no pasó a tiempo el transporte, etc., y esto ocasiona un retraso para todos o distracciones que rompen con el orden de las actividades. La puntualidad en la escuela y en general, es una regla que exige de la persona ejecutar determinada acción en un tiempo determinado, ya que aunque la acción sea realizada satisfactoriamente, desequilibra el balance de tiempo de todas las demás. Ya sea en el trabajo, en la escuela, en una cita o en cualquier tipo de grupo social al cual se asista, la puntualidad es algo que debemos cumplir, pues todas las personas merecen respeto. La puntualidad en la escuela se aprende, y nos enseña. Veamos sus dos caras. En cuanto a su aprendizaje, se trata de crear un hábito, que resulta importante en la vida. Por eso se debe impartir. La escuela es un lugar ideal para hacerlo y para eso establece horarios fijos, con tiempos de clase y de recreo, de merienda y de juego, de estudio y de descanso. Esta segmentación es muy útil para crear una disciplina de trabajoesDiagnóstico Institucional Y Plan De Mejoramiento Educativo Liceo Comercial El PilarThesis