Bórquez Godoy Gabriela2024-11-222024-11-222020-12https://repo.umc.cl/handle/umc/7507No puede concebirse un proceso educativo de calidad, sin que este articulado con un proceso de evaluación permanente y reflexivo, generándose a si un ciclo virtuoso de aprendizaje en donde todos los factores asociados a la planificación cobran sentido y se articulan entre ellos. Este documento da a conocer las Bases Curriculares de Educación Parvularia (BCEP), su organización curricular y sus contextos para el aprendizaje, y es aquí en donde nos detendremos a observar, estudiar y analizar. La organización curricular hace mención a los componentes estructurales que componen las BCDP, los cuales son los ámbitos de aprendizaje que constituyen campos curriculares donde se organizan y distribuyen los objetivos de aprendizaje. Los núcleos de aprendizajes donde corresponden a focos de experiencias para el aprendizaje, en torno a los cuales se integran y articulan los objetivos de aprendizaje. Niveles o tramos curriculares, que constituyen una forma de organización temporal de los objetivos de aprendizajes en tres niveles curriculares. Los objetivos de aprendizaje, que establecen los aprendizajes que se esperan de los párvulos en cada nivel educativo. La evaluación y la medición en tiempos pasados eran conceptos que se consideraban como comunes, el termino evaluación no era considerado como parte del lenguaje frecuente dentro de la educación, pero si llegaba a mencionar iba siempre en compañía del termino medida que solía colocarse en primer lugar. Así como Ralph Tyler (1967), uno de los grandes investigadores de la evaluación, dio vuelta este paradigma donde la evaluación paso a un primer lugar y la medición a un segundo plano, pero siempre las dos ligadas entre sí. Así fue como el origen del termino evaluación educativa se remonta a los años 70. 5 Evaluación era un término que aparecía como un concepto de reemplazo de otros términos como lo es la; medición, prueba, examen, el rol de la evaluación era realizar verificaciones periódicas sobre la efectividad de las escuelas e indicar aspectos en sus programas donde el mejoramiento fuera necesario. Numerosas fueron las etapas y modificaciones que ha debido sufrir el concepto de evaluación educacional y medición del rendimiento para llegar a la concepción global que hoy se tiene de ellas. En Educación Parvularia, Federico Frobel, Decroly y Montessori, se refieren a la evaluación como registros de educadores que deben realizar en forma permanente dentro del proceso educativo. El evaluar es una tarea muy delicada y complicada, debido a que este proceso pone en juego un conjunto de actitudes, tendencias e inclusive prejuicios, que deben ser considerados con el mayor equilibrio posible. Al igual conduce a determinar si lo que está hecho vale o no vale, si sirve o no sirve. Tanto en la enseñanza como en la evaluación, el foco debe estar en él niño o la niña. Es en este sentido que importa el protagonismo como involucramiento frente a la experiencia de aprender, para esto la autoevaluación es una herramienta que se utiliza en forma habitual en la Educación Parvularia. Al respecto, se requiere montar experiencias situadas en la que los párvulos puedan, colaborativamente con compañeros y adultos, analizar lo que sucedió, así como los aspectos que impidieron o facilitaron los resultados. Vista así, la autoevaluación contribuye no solo a la comprobación de aprendizajes sino al proceso de autorregulación y metacognición del párvulo (MINEDUC, 2019.p. 110) La comunidad educativa debe retroalimentar el desempeño de los niños y niñas en formas sencillas, tales que el párvulo progresivamente las entienda y las acoja. Se trata de generar un contexto (espacio, tiempo y apoyo) para la mejora. 6 Cabe destacar que la retroalimentación se transforma entonces en el potencial que tiene la evaluación para constituirse en una nueva oportunidad de aprendizaje. En donde se le debe informar a los niños y niñas sus logros, avances y desafíos con relación a los objetivos de aprendizaje estipulados en la planificación de la experiencia educativa vivida todo esto con un lenguaje acogedor, que valore la diversidad y respete ritmos de aprendizajes. Al igual es de suma importancia conocer que la evaluación aporta información clave para la planificación ya que esta última debe ser articulada y coherente con los aprendizajes que deben ser potenciados y desarrollados en el grupo de niños y niñas. Acorde con los planteamientos de diversos autores, en general se considera que el aprendizaje de las matemáticas enriquece “la comprensión de la realidad, facilita la selección de estrategias para resolver problemas y contribuye al desarrollo del pensamiento crítico y autónomo” por lo que incorporarlo en los Niveles de Transición de las escuelas resulta de mucha relevancia (MINEDUC, UCE (2009) “Fundamentos del ajuste curricular en el sector de las matemáticas”).esElaboración de Instrumentos de Evaluación Formativa Para Medir los Aprendizajes de los Párvulos del Nivel NT1 Y NT2 en el Núcleo, Pensamiento Matemático. Jardín Infantil Santa Teresita de Lisieux Antofagasta.Thesis