Quezada Orozco Claudia AndreaQuezada Puentes Paula Alejandra2023-11-282023-11-282018https://repo.umc.cl/handle/umc/327Enfrentar o dirigir el proceso evaluativo de los estudiantes es un elemento de complicación, porque desde la perspectiva del maestro; en la generalidad de los casos, piensan que lo más importante es que todos sus estudiantes estén evaluados en una etapa o período del curso escolar, por otra parte, es una tendencia muy manida el advertir sobre las ventajas y desventajas de la evaluación desde posiciones de un discurso académico y pensar que así llegaríamos a solucionar los problemas que más nos afectan al respecto. Es por ello que como colegio consideramos importante que los docentes de nuestro colegio reflexionen a partir de las siguientes interrogantes: · ¿Sabemos en nuestra calidad de docentes implementar las funciones de la evaluación en la dirección del proceso de enseñanza-aprendizaje, sin que esto se convierta en un momento de tensión para los estudiantes que aprenden? · ¿Quién se beneficia con la evaluación? · ¿Al servicio de quién se pone? · ¿Qué es evaluar? · ¿Estamos preparados para dar un seguimiento cualitativo a los resultados del aprendizaje de nuestros alumnos como un criterio básico del diagnóstico integral? ¿Reflexionamos profesores y estudiantes para valorar resultados de la evaluación en un ambiente de aprendizaje socializado? · ¿Propiciamos la auto evaluación, coevaluación y heteroevaluación en la clase? · ¿Propiciamos verdaderas situaciones de aprendizaje desarrollador para que el estudiante revele lo que ha aprendido? · ¿Es considerada la evaluación como un proceso en el que se profundiza en los estilos y estrategias de aprendizaje en el aula y fuera de esta, o como un momento hostil y lleno de tensiones donde el alumno rinde cuenta de los resultados de determinadas tareas? Todas estas interrogantes nos invitan a realizar una profunda reflexión de nuestro quehacer docente, a modificar nuestra forma de evaluar, de plantear a nuestros estudiantes las diferentes instancias de evaluación como nuevas oportunidades de aprendizaje, de retroalimentar efectivamente con todos nuestros estudiantes las evaluaciones realizadas y a tomar mejores decisiones al analizar los resultados obtenidos. La evaluación diagnóstica se hace indispensable para dar inicio a la planificación de los aprendizajes durante el año escolar. Cada docente elabora su instrumento de evaluación diagnóstica a partir de la realidad de cada curso, tomando en cuenta objetivos claves enseñados en el año anterior, esto le permite al docente conocer en qué situación académica se encuentran sus estudiantes. A partir de los resultados, cada docente diseña un plan de acción que le permita abordar aquellos aprendizajes menos adquiridos, y desde ahí conectar con los objetivos de aprendizaje del año escolar que está en curso.esThesis