Diagnóstico Institucional y Plan de Mejoramiento Educativo Colegio San Ignacio de Antioquía

Date
2019-04
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Universidad Miguel de Cervantes: Magíster En Educación Mención Gestión de Calidad
Abstract
La elaboración de planes remediales que tiendan a generar procesos de mejoramiento educativo al interior de la institución, requiere de un trabajo basado principalmente en las distintas experiencias conseguidas a través de los años en la gestación del proyecto educativo, en donde intervengan los distintos actores que hacen realidad un proyecto de cara a la comunidad y que han aceptado ser parte integrante de los desafíos planificados. Es menester buscar en esas experiencias los mecanismos certeros para elaborar las dinámicas educativas que estén a la par con las realidades de nuestros educandos y con los aspectos básicos de la comunidad en la cual nos insertamos. El país atraviesa un intríngulis educacional delicado con respecto a los profundos cambios que se están proponiendo en el quehacer de la educación. Cambios que, en realidad, no se sabe con certeza si van a modificar el panorama alicaído de los procesos educativos del país para llegar a una instancia de mejoras progresivas y sustanciales de las metodologías a utilizarse, o se continuará arrastrando viejas monsergas que no permiten acceder al despegue y a la premura necesaria por valorizar las lógicas inquietudes por cambiar métodos arcaicos y retrógrados. Para poder alcanzar un desarrollo inclusivo, Chile necesita hacer importantes transformaciones sociales que representarán en definitiva un incremento en el gasto público. Cabe señalar que lo anterior, se asegura con la Ley sobre la Reforma Tributaria 20.780, ya aprobada en el Congreso el año 2014, cuyos principales objetivos son; aumentar la carga tributaria en un 3% del PIB para financiar con ingresos permanentes los gastos y financiar el actual déficit fiscal; mejorar la distribución del ingreso, por la vía de la equidad tributaria; introducir nuevos y mejores mecanismos de incentivos al ahorro y la inversión; disminuir la evasión y la elusión. Esta Reforma Tributaria busca recaudar gran parte de los recursos necesarios para garantizar la gratuidad de la educación chilena, la que contempla un alza de impuesto a la renta de las empresas, también la eliminación del Fondo de Utilidades Tributarias (FUT), eliminando con ello la postergación o elusión del pago del 5 impuesto adicional, implementación del Impuesto Verde, entre otras medidas que beneficiarían a la PYMES. Sin perjuicio de lo anterior, la Reforma Tributaria es una política de implementación gradual, cuyos cambios se proyectan en forma progresiva, desde la puesta en régimen de la reforma hasta el año 2018. Esta acción es consistente con la idea de que esta reforma es una de las más ambiciosas llevadas a cabo en Chile, por tanto requiere responsabilidad, mesura y tiempo. Es una constante perfectamente aceptada en los países del mundo que una buena educación es preludio obligado de una serie de beneficios que tienen que ver con la proyección personal y profesional de las sociedades modernas. Igualmente, apuntamos a que debe ser el Estado quien valore el adoctrinamiento permanente de sus valores, entregando una educación pertinente y conforme a los profundos desafíos contemporáneos, haciendo del financiamiento de una buena educación el rol primordial de su gestión hacia el bien común. Más, sabemos que este prurito educativo está bastante lejos de transformarse en el hecho de la causa tal cual como Chile espera de las gestiones de sus gobernantes de turno. Es precisamente el año 2018 donde se ingresa a trámite parlamentario otro proyecto de ley sobre planes tributarios para manejar más “activamente” las nuevas problemáticas institucionales y económicas del país. La minoría parlamentaria de la cual no hace alarde la actual administración del Estado de Chile (2019), mantiene estático este mensaje del ejecutivo en su afán de recolectar fondos para insertarlos en los aparatos gubernamentales que sean necesarios para su dinamismo. Al igual, algunos establecimientos del país, del cual nuestro colegio podría ser parte, están manejando las nuevas ideas planteadas a nivel de legisladores y en los pasillos de La Moneda de revertir procesos anteriores matizadas por leyes propiciadas por gobiernos de centro-izquierda. Es decir, volver a los criterios de selección de los estudiantes al momento de ingresar a los establecimientos, volviendo con ello a las prácticas pretéritas que pueden tener fundamentos reales y concretos dependiendo del historial del colegio, pero que no dejan de ser elementos que pueden ser barajados como sectarios y discriminatorios por ciertas estructuras 6 de poder, incluso dentro de los propios criterios que maneja nuestro establecimiento. Pese a los grandes cambios que el país está teniendo en el presente, es dable mencionar que las estrategias por mantener a nuestro colegio dentro de los estándares de privilegio y con resultados que denoten planes de mejoramiento continuos, es permanente y consistente desde las instancias directivas hasta las operativas en todas sus líneas, abarcando el desarrollo de mejoras sustentables en el tiempo y que propongan soluciones a los grandes desafíos planteados por las mismas instancias internas del establecimiento. Somos formadores y propagadores de conocimientos, pero mucho más somos personas que inculcamos valores y desafíos a los estudiantes que están insertos en un mundo pleno de contradicciones y de consideraciones heterogéneas que necesitan ser tomadas en cuenta porque cuentan con experiencias personales trabajadas a diario por sus realidades diversas. Presenciamos a diario desafíos por doquier que requieren nuestra atención más allá del tiempo que les damos verdaderamente, ya sea por nuestras cargas académicas, ya sea porque subvaloramos la permeabilidad que tienen los alumnos frente al conocimiento duro del aprendizaje o, simplemente, porque no nos motivamos lo suficiente como para entender lo necesario que es inculcar un mundo en otro. Nos enseñan que el conocimiento es transversal. Creo que es algo de lo cual no cabe duda alguna. Pero poco atinan que este conocimiento no sólo logra vislumbrarse a través de nuestras propias experiencias valorativas en el aprendizaje permanente entre nosotros mismos, sino que es un ir y venir de cuestionamientos y perfeccionamientos entre todos quienes participan del proceso educativo y, por cierto, con ello señalo también a los estudiantes. La historia no está hecha de inmovilismos. La historia es un continuo hacer y rehacer que nos mantiene ocupados y viviendo sus aspectos más recónditos a través de la representación de sus realidades. El mismo día a día nos señala que no hay práctica docente sin curiosidad y sin ser capaces de intervenir en la realidad. Tenemos que 7 ser capaces de ser hacederos de la historia y al mismo tiempo ser hechos por la historia misma y con ello podemos alcanzar los grados de comprensión necesarios para entender, comprender y reflexionar acerca de los procesos que los hechos evidencian a diario. Interviniendo cada uno de los actores de este proceso dialéctico es que podemos alcanzar grados importantes de inferencia para estar insertos en una educación viva, elocuente, participativa, sin variar los hechos que son resultados de las causales vividas, pero que es fundamental el poder entenderlos de manera permanente. Es una realidad manifiesta que los procesos a ser alcanzados por un establecimiento educacional a través de su PEI, no muchas veces son compatibles entre lo que aparece representado en los diagramas de flujo y en los procesos dibujados en sus palabras, y la realidad misma en donde deberíamos ver representados todos y cada uno de esos “expertos” esquemas prometidos para el aprendizaje de los estudiantes. Podemos entender una cierta dicotomía entre lo que es proyectado y aquello que es conseguido al finas del proceso.
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