Diagnóstico Institucional Y Plan De Mejoramiento Educativo

dc.contributor.authorVergara Campos, Víctor
dc.date.accessioned2024-03-12T18:57:35Z
dc.date.available2024-03-12T18:57:35Z
dc.date.issued2019-05
dc.description.abstractEn la actualidad, existe un consenso transversal en cuanto a la importancia que tiene la educación como una herramienta que genera y potencia de manera total el crecimiento y desarrollo de los países, especialmente de sus habitantes. Es por ello, que se justifican las grandes inversiones de recursos y las cientos de investigaciones destinadas a generar estrategias de mejoras. Chile, desde sus inicios como República independiente, ha tenido la educación como un pilar central, promoviendo constantemente el mejoramiento de su alcance y calidad. En la actualidad, diversos informen destacan que la educación chilena “es una de las más avanzadas y reconocidas de América Latina. La tasa de alfabetización supera el 96% y Chile siempre es el país de América del Sur mejor clasificado en los informes PISA. Sin embargo, también destaca por su desigualdad y segregación. El estado paga la educación obligatoria a través de unos bonos que da a las familias con hijos y que sirven para cubrir casi el 100% de la matrícula en las escuelas más baratas, pero como la cantidad es la misma para todos los niños, solo las familias más ricas pueden pagar la educación en los colegios caros y de mayor calidad. En los resultados del informe PISA las diferencias entre los colegios públicos y privados son inmensas”. (Fundación Universia , 2014) En base a lo anterior, durante el presente siglo en Chile se han desarrollado diversos movimientos a nivel estudiantil buscando generar transformaciones estructurales al modelo educacional del país, buscándolo hacer más equitativo y de calidad en su acceso en todos los niveles que este contempla. Si bien al realizar una comparación de la educación chilena con los países de la región esta resulta aventajada, la situación cambia completamente si la comparación se realiza con naciones miembros de la OCDE. En el informe “Más igualdad para los niños” elaborado por UNICEF en 2016, donde, entre otros tantos aspectos, plantea que el 25% de los alumnos de 15 años no puede resolver ejercicios básicos de lectura, matemáticas y ciencias. Otra de las características que destacan en el modelo educativo chileno, lo constituyen la aplicación de una serie de pruebas estandarizadas, en diversos niveles académicos, destacando especialmente la prueba SIMCE y PSU. Las pruebas estandarizadas son “evaluaciones que miden lo aprendido en ciertas áreas, que para muchos serían las “más relevantes o fundamentales”, siendo prioritarias lenguaje y matemática. Esto trae como consecuencia el refuerzo de la segmentación de los subsectores. Dado que la preocupación es subir los resultados en aquellas asignaturas evaluadas, el aporte del resto es disminuido, y por ende el trabajo conjunto de todas, también, o mejor dicho, continúa siendo inexistente, lo que implica traicionar un principio fundamental de la pedagogía: la transversalidad e integridad del proceso educativo, donde todas las áreas del saber se tocan, ya que los sujetos no pueden -ni deben- ser diseccionados. Contrario a lo que estas evaluaciones promueven, cada una de las asignaturas en la escuela es significativa, ya que todas se conectan con algún aspecto de la vida misma. Aquellos aspectos vitales a los que remiten los saberes, existen y funcionan al unísono, en una red compleja que nos moviliza cotidianamente: nos movemos, por ejemplo, en un entorno del cual obtenemos recursos, gracias a un cuerpo que interactúa recíprocamente con el medio, siendo nutrido por él, todo esto como parte de una realidad percibida e inventada gracias al lenguaje. Así, cada forma de conocimiento, nos vincula a la vez a otras, construyendo un conjunto de interconexiones. Podríamos pensar que el camino a cada saber, es diverso, y el recorrido hacia o en él, nos abre puentes hacia otros. Esto tiene su correlato en el aula cuando, como maestros, con el fin de acercar una mirada o aprendizaje, necesitamos usar y desarrollar, herramientas y sentidos directamente vinculados a otros mundos. Por ejemplo, un lugar privilegiado es el arte (la plástica, la música, el teatro). Estos caminos nos permiten abrir las posibilidades de conocimiento al tacto, la emoción, la oralidad, el gusto, la vista; que el cuerpo en su conjunto pueda desplegarse para desarrollarse, sea en una clase de matemáticas o historia. Si bien no somos docentes de estas disciplinas artísticas creemos urgente promover una reflexión pedagógica en este sentido, y revitalizar áreas menoscabadas por las actuales políticas educativas”. (Fierro, 2016). Son variados los elementos que se necesitan conjugar para lograr mejores en el sistema educacional chileno. Uno de ellos, lo representa la gestión escolar dentro de las instituciones educativas. Así, algunos autores sostienen que la “gestión escolar es un proceso multidimensional de prácticas administrativas, organizacionales, políticas, académicas y pedagógicas que construyen a la escuela desde los sujetos que la conforman y que orientan la cultura de lo escolar hacia la transformación y mejora de la escuela y de sus resultados”. (Navarro, 2015) Durante el último tiempo, se ha impulsado una política de desarrollo de Planes de Mejoramiento Educativo al interior de los establecimientos educacionales del país. El Ministerio de Educación ha realizado cambios a la elaboración e implementación de PME. El MINEDUC, plantea que el nuevo enfoque del plan de mejoramiento educativo está centrado en los procesos de mejora y propone que los establecimientos proyecten un Plan de Mejoramiento a 4 años, a partir del análisis y reflexión en torno al PEI de cada comunidad educativa. El nuevo PME se compone de 2 fases y cada una está conformada por distintas etapas. La Primera Fase consta de 3 sub etapas: Análisis Estratégico, Autoevaluación Institucional, y establecer Objetivos y Metas Estratégicas para ser abordadas durante los 4 años del ciclo de mejora. La Segunda Fase corresponde a períodos sucesivos de mejoramiento anual, que permiten ir concretando los objetivos estratégicos, mediante la definición de objetivos anuales y el diseño e implementación de acciones. Esta fase se realiza desde el primer al cuarto año del ciclo PME. En base a lo anteriormente expuesto, el presente trabajo comprende esencialmente la elaboración de un PME, aplicado a la realidad del Colegio Winterhill de Viña del Mar, Chile. Para ello, se realiza en un primer momento un proceso de identificación del establecimiento, un análisis de su PME para determinar áreas y aspectos de debilidad por medio de la aplicación de un instrumento de autoevaluación, para finalmente elaborar un PME considerando los resultados obtenidos en el instrumento aplicado.
dc.identifier.urihttps://repo.umc.cl/handle/umc/2730
dc.language.isoes
dc.publisherUniversidad Miguel de Cervantes: Magíster En Educación Mención Gestión de Calidad
dc.titleDiagnóstico Institucional Y Plan De Mejoramiento Educativo
dc.typeThesis
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