Diagnóstico Institucional y Plan de Mejoramiento Colegio Francés E.I.R.L.

Date
2016-05
Journal Title
Journal ISSN
Volume Title
Publisher
Universidad Miguel de Cervantes. Magíster en Educación Mención Gestión de Calidad
Abstract
Que el docente adopte el rol de facilitador del aprendizaje y deje a un lado el de transmisor de información es una de las grandes reformas que en materia educativa se han emprendido en Latinoamérica. Según datos de la UNESCO, el 40% de niños y niñas repite primer grado porque no aprende a leer y a escribir, este dato es preocupante, traducido en cifras significa que de los 16.5 millones de alumnos de primer grado, alrededor de 7 millones no logran los objetivos. De los 12 millones de segundo, repiten 4 millones (30%). En tercero, los sobrevivientes tampoco logran completar los objetivos del año escolar. Como es de suponerse, los sectores marginados presentan con mayor intensidad este fenómeno, pues en general, no tienen condiciones que favorezcan la permanencia de los niños y niñas en la escuela. Una buena parte del problema encuentra su origen en la enseñanza fragmentada de la lectoescritura mediante la repetición de letras, sonidos o palabras. A lo largo de los años se ha demostrado que este tipo de enseñanza resulta cansada y mecánica. Sin embargo desafortunadamente la mayoría de los docentes lo aplica de manera automática cada ciclo escolar, son pocos los profesores que intentan alguna innovación educativa que les permita mejorar sus resultados y superar sus formas de enseñar. Aunado a la ineficiencia de los métodos, la escasez de libros y materiales impresos dentro y fuera de la escuela ocasionan escasas y por lo mismo insuficientes prácticas de lectura. Otro factor es que los docentes tienen pocas oportunidades de compartir sus estrategias de enseñanza o de comentar sus éxitos y problemas con sus pares y supervisores o peor aún, que muchas de las veces ellos mismos no han desarrollado las habilidades de lectura y escritura que necesitan para conducir a sus estudiantes. Teniendo en cuenta lo anterior, es deseable que los docentes cuenten con elementos que les permitan adquirir las competencias necesarias en relación a la lectura y la escritura para que mejore su desempeño y formación profesional. Una educación basada en competencias exige romper con esquemas tradicionales de enseñanza y es de esperarse que el docente transforme su práctica y se convierta en un mediador que, a partir del desempeño de sus alumnos adapte el currículo a sus necesidades, de manera que el seguimiento continuo del proceso adquiera una función importante para el aprendizaje. El profesor debe autoevaluar su trabajo en función del avance de sus alumnos y alumnas. Enseñar a leer y a escribir produce grandes satisfacciones y para ello es necesario aplicar conocimientos pedagógico-prácticos, revisar los saberes adquiridos, las habilidades personales y la experiencia en esta tarea. Es necesario pensar en un modelo en el que los niños y las niñas comprendan realmente lo que se les enseña, si el profesor parte de un proceso de acercamiento a los conocimientos previos, es posible lograr en ellos un aprendizaje con sentido, más sencillo y agradable, donde el resultado sea el aprendizaje permanente. De ahí que utilizar técnicas que permitan al niño darse cuenta que existe una íntima relación entre la lengua hablada y la lengua escrita, esté presente en la vida cotidiana. Como plantea Emilia Ferreiro (1975) es importante comprender cómo interpretan los niños y niñas los signos escritos o grafías, cómo los conceptualizan y cuánto es lo que saben de ellos, así como percibir la incidencia que su medio ambiente tiene en sus significados, rol fundamental en la mejora de su desempeño. Como se ha podido comprobar en diferentes estudios y experimentos realizados con niños que están en el transcurso de la adquisición de la lengua, que la aplicación de diversas técnicas de enseñanza aprendizaje los chicos logran un aprendizaje de mejor calidad cuando el conocimiento proviene de aquellas cosas que les rodean de manera inmediata, presentes en su medio ambiente de manera constante. Las competencias que es necesario tener presentes para el desarrollo de la lectoescritura, son la comprensión oral, la expresión oral, la comprensión lectora y la expresión escrita. Esta propuesta de lectura y escritura dirigida a los docentes de los primeros grados escolares, se basa en un modelo educativo que está sustentado en cuatro pilares conceptuales que impactan las ideas y saberes de la práctica docente y la situación de aula que se presenta cuando se realiza el proceso de lectoescritura por las niñas y niños. El modelo está centrado en la gestión pedagógica, la constante reflexión sobre la práctica, la aplicación de estrategias construidas desde lo conceptual y la modificación de actitudes y valores en su actividad docente. De esta manera, el docente que utilice los materiales didácticos que se presentan podrá construir estrategias pedagógicas acordes a su situación real de aula y a su propio contexto. La propuesta está diseñada para que a partir del reconocimiento de las necesidades e intereses de los estudiantes, elabore las actividades y ejercicios necesarios para un mejor aprendizaje de la lectoescritura por parte de sus alumnos. Por lo hasta aquí dicho, la idea es que este trabajo sea un instrumento de apoyo para los docentes mediante el cual puedan fortalecer sus competencias profesionales, crear espacios para compartir experiencias entre sus pares y que el intercambio les ayude a enriquecer su trabajo con los estudiantes. Se espera también que esta nueva forma de adquirir nuevos conocimientos les permita desarrollar habilidades para actualizarse por cuenta propia y por interés personal. Esta propuesta les invita a involucrarse en el proceso de la enseñanza aprendizaje de la lectoescritura con la finalidad de brindarles orientación y compañía durante el desempeño de sus labores, animándolos a creer y confiar en sus propias capacidades.
Description
Keywords
Citation