Diagnóstico Institucional Y Plan De Mejoramiento Educativo, Sala Cuna “Chuquicamata” de Calama
Date
2014-03
Authors
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Publisher
Universidad Miguel de Cervantes. Magíster en Educación Mención Gestión de Calidad
Abstract
Este documento tiene como finalidad contribuir a la reflexión y al trabajo de planificación, como continuación del diagnóstico institucional, que debe liderar la dirección con el equipo técnico pedagógico y toda la comunidad educativa involucrada en la Sala Cuna y Jardín Infantil directamente en el proceso de renovación curricular y pedagógica de la educación preescolar.
El proceso de diagnóstico sólo será útil si las conclusiones obtenidas se constituyen en la base para acordar, planificar y realizar acciones de mejoramiento en cada uno de los ámbitos de la actividad preescolar basadas en las dimensiones del establecimiento. La elaboración y la puesta en marcha de un plan de mejoramiento en cada plantel es el uso principal que debe darse a la información obtenida, además de que constituye una aportación del plantel para la elaboración de un diagnóstico general de la educación preescolar.
Este proceso de transformación inicia con la reflexión colectiva que permite reconocer logros y problemas, avanzar en el establecimiento de la comunicación entre el personal de la Sala Cuna y en la constitución de un verdadero equipo de trabajo. La elaboración de un plan de mejoramiento es un medio para consolidar la experiencia positiva obtenida en la evaluación interna.
El establecimiento de un ambiente de colaboración profesional, en el que exista el diálogo franco y respetuoso ayuda también a mejorar las relaciones entre el personal de una escuela; este ambiente y la consecución de logros, cada vez mayores, aumenta la satisfacción del personal y de los usuarios del servicio educativo.
Un plan de mejoramiento es el conjunto de acciones sistemáticas que la comunidad de un plantel acuerda realizar para mejorar el proceso educativo en cada uno de los ámbitos de la acción escolar y en los que influyen directamente en la misma. Para que este plan sea eficaz debe reunir las siguientes características:
Ser producto de la reflexión y el acuerdo de todo el personal docente, directivo y de apoyo, o por lo menos de la mayoría; ello es indispensable porque la ejecución del plan requiere de la convicción y la acción de cada integrante de la comunidad escolar.
Tener como base las conclusiones obtenidas en el diagnóstico interno, de tal modo que permita diseñar acciones para superar los principales problemas detectados en cada ámbito de la acción escolar. Un plan que sólo incluya acciones que deban realizar las familias y no considere acciones en el aula es incompleto y periférico a la acción escolar, puesto que es en el aula y en otros espacios escolares donde ocurre una parte muy importante del proceso educativo.
Tener como referente los principios y propósitos educativos de la educación preescolar y de la educación básica nacional. Dicho de otra manera, un plan de mejoramiento puede considerarse como el camino particular que la comunidad escolar construye –considerando sus condiciones y recursos- para alcanzar los propósitos establecidos curricularmente. Estos propósitos implican también ciertos principios: respeto a la dignidad de las personas y, en particular, a los derechos de los niños, equidad, respeto y atención de la diversidad, entre otros. El plan de mejoramiento debe ser enfocado en contribuir a fortalecer la misión y visión del establecimiento basados en las dimensiones establecidas
Plantearse objetivos y acciones realistas considerando las condiciones, los recursos humanos y materiales con los que ya se cuenta en el plantel u otros que sea posible conseguir con cierta facilidad y rapidez, pues de otro modo la ejecución del plan se postergaría indefinidamente. En este punto es importante recordar que uno de los factores clave del proceso educativo es la interacción entre las personas: entre educadora y sus alumnos, entre los propios alumnos, entre el personal asistente de la educación, entre éste y la directora del plantel, entre el personal del plantel, los padres, apoderados y familias; para cambiar aspectos de esta interacción no se requiere de muchos recursos materiales.
Ser susceptible de incluir cambios sobre la marcha, según lo indique la propia experiencia obtenida por el equipo docente y directivo. Al desarrollar las acciones incluidas en el plan pueden detectarse insuficiencia o falta de pertinencia de algunas acciones, mayor potencialidad de otras; por esta razón, el plan debe ajustarse cuando sea necesario. En términos prácticos la ejecución de un plan de mejoramiento de la escuela significa ensayar respuestas o soluciones para uno o varios problemas detectados, por lo tanto es susceptible de perfeccionamiento.
Contar con la aprobación y el apoyo del sostenedor y con los padres de familia que integran la comunidad escolar. Ambos actores deben contar con información suficiente así como con oportunidades de hacer sugerencias o participar directamente en la elaboración del plan.
Incluir mecanismos (reuniones del consejo técnico o de comisiones, por ejemplo) y compromisos para valorar periódicamente su ejecución. Uno de los mayores valores que puede aportar la elaboración de un plan es el proceso de participación, formación y construcción de nuevas relaciones que se genera al elaborarlo y ponerlo en práctica; un plan puede reunir todos los requisitos formales, pero puede ser inútil si se elabora sólo para cumplir un requisito administrativo o si su ejecución es sólo un simulacro. Por esta razón la evaluación continua es indispensable.
La finalidad general del plan, como su nombre lo indica, es mejorar condiciones, relaciones y acciones que influyen en la experiencia formativa, en los aprendizajes o logros de las alumnas y alumnos que atiende la Sala Cuna y Jardín Infantil. Esta finalidad puede especificarse de diversas maneras: por el ámbito que abarcan, por el tipo de acciones que implican las diversas dimensiones evaluadas en el diagnóstico.
Es ideal que un plan de mejoramiento incluya acciones de cuatro dimensiones; sin embargo ello no siempre es posible, e inclusive podría ser inconveniente o contraproducente. Los contenidos específicos de un plan dependen de las condiciones particulares del plantel.
A veces es mejor que en principio se plantee un plan centrado en uno de los problemas detectados, cuya solución esté más al alcance de la acción del personal docente, directivo y asistentes de la educación. La amplitud de los problemas atendidos dependerá básicamente, de las características y condiciones del equipo docente: las escuelas que cuenten con experiencia previa en el trabajo conjunto o con la disposición, compromiso y participación de todos los integrantes, tendrán mejores condiciones y, por lo tanto, mayores probabilidades de éxito para desarrollar un plan que considere la atención de un mayor número de problemas. En cualquier caso, en la medida en que se consolide el trabajo conjunto y el desarrollo de las habilidades tanto para detectar las causas de los problemas como para diseñar y llevar a cabo las actividades para solucionarlos, se estará en mejores condiciones para plantear objetivos más complejos.
Como ya se ha comentado, el diseño de un plan de mejoramiento tiene como referente general la misión de la educación preescolar (es decir, los propósitos educativos generales de este nivel), así como los principios establecidos en el Currículum Nacional.
La elaboración del plan de mejoramiento es también una oportunidad para iniciar o afianzar una relación de colaboración entre la escuela, los padres y familias. La participación se define de acuerdo con el tipo de relación que cada escuela ha establecido previamente con ellos; en algunos casos será posible que colaboren activamente desde el principio y en otros será necesario realizar un trabajo de convencimiento. Como quiera que sea deberán estar informados oportunamente de la realización del plan y de los logros que se obtengan.
Una vez redactado el plan se realizará una reunión de consejo técnico para su revisión y, en su caso, aprobación. Por ejemplo se puede analizar la congruencia entre el o los objetivos y las actividades, si realmente tienden a resolver el problema principal, si las actividades propuestas son factibles de acuerdo con los recursos disponibles, etcétera.