Tesina: Calidad e Inclusión Escolar Desde las Políticas Públicas a la Realidad. Coyhaique, Región de Aysén.

Date
2023-05
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Universidad Miguel de Cervantes. Trabajo Final para Obtener el Grado de Magíster Profesional en Educación Mención Gestión de Calidad
Abstract
La inclusión social de la diversidad es un tema que ha dado que hablar tanto en Chile como en el mundo. Tanto las organizaciones sociales de personas con discapacidad como los esfuerzos internacionales han buscado generar espacios adecuados y oportunidades necesarias para abrir la sociedad a la inclusión. En los últimos veintisiete años, han existido instancias internacionales con enfoque de derechos, que han cooperado en la generación de conciencia acerca de las condiciones de vida y dificultades que a diario deben sortear las personas en situación de discapacidad. La Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales de 1994 corrió el cerco de lo posible, al reafirmar el derecho a la educación de todas las personas dentro de un sistema educativo con una perspectiva inclusiva e integradora y de rechazo a la selección escolar por desempeño académico. Así, esta declaración no se limitó a plantear unos objetivos ideales, sino que también trazó una serie de directrices en distintos ámbitos para poder alcanzar estos propósitos. Del mismo modo, el año 2006 se llevó a cabo la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, instancia destinada a promover la protección de los derechos y la dignidad de las personas con discapacidad. Ambas convenciones, trazaron el marco de acción de los Estados firmantes para garantizar el respeto y cumplimiento de los Derechos Humanos y el acceso y permanencia a los servicios sociales de las personas en situación de discapacidad. Ahora bien, ¿qué es lo que se ha estado haciendo en Chile? Pues, las personas con discapacidad hasta ese minuto se habían visto impedidas de participar en la vida pública y social por las barreras que les imponía la sociedad. Sin embargo, gracias al rol de las convenciones y las organizaciones sociales de las personas en situación de discapacidad, el contexto social se volvió un poco más favorable y proclive a mejorar sus condiciones de vida. Así, se hizo urgente recopilar datos fidedignos acerca del número de personas en situación de discapacidad que había, qué impedimentos enfrentaban y cómo les afectaban estos en sus vidas. Lo cierto es que, muchas de estas personas eran invisibilizadas y confinadas (ya sea al interior de sus casas o en instituciones) por el desconocimiento y prejuicios de sus propias familias y una sociedad que se negaba a abordar el problema con altura de miras. Fue así, que Chile en 2015, implementó la primera encuesta sobre discapacidad con enfoque de Derechos Humanos a nivel nacional. Este estudio, permitió reunir datos sobre las personas en situación de discapacidad y elaborar políticas públicas afines a sus necesidades y principales demandas. Gracias a esta encuesta, hoy se sabe que un número no menor de 2 millones 836 mil 818 personas se encuentra en situación de discapacidad, es decir, el 16,7% de la población nacional. Del mismo modo, el 5,8% de los niños, niñas y adolescentes del país se encuentra en situación de discapacidad, es decir 229 mil 904 menores de edad. 5 Además, este informe, permitió disponer de datos integrales acerca de la calidad de vida de estas personas, como: la relación con su ambiente, su vida personal, su condición de salud y su desempeño logrado en distintos ámbitos de la sociedad; así como también el acceso a servicios sociales como: la salud, la vivienda y la educación. Siendo este último ámbito el abordado en la investigación. Este último punto, el acceso y permanencia de las personas en situación de discapacidad a la educación, es el que se desarrolló de manera íntegra en el estudio, ya que para que realmente exista una inclusión social de todas las personas, es imprescindible crear y fortalecer los mecanismos necesarios para que accedan a todos los niveles educativos; entendiendo la educación como el mejor escenario para la participación social y el desarrollo integral de la persona. Más aún, derribar la segregación en la educación es la primera tarea que se debe movilizar para generar oportunidades reales en las personas con discapacidad que ingresan al sistema escolar. Ya que en la medida que se mantenga un sistema escolar fuertemente segregado, mediante la selección escolar: por notas, estratos sociales, religión, género, conducta y necesidades educativas especiales; se limita la posibilidad de que niños, niñas y jóvenes se desarrollen en entornos educativos donde sean bienvenidos, valorados, respetados y queridos: y dónde, además, se cuenten con las condiciones para sus necesidades de aprendizaje. De este modo, el Estado asumió la responsabilidad de mejorar el acceso y permanencia en el sistema escolar a niños, niñas y jóvenes con discapacidad; por medio de leyes, decretos y normativas tendientes a asegurar la implementación y calidad de la educación inclusiva. Más aún, en el 2015, se dictó la Ley de Inclusión Escolar, con la que se buscaba asegurar (al menos en el papel) que los establecimientos municipales y subvencionados no incurrieran más en discriminaciones de acceso; prohibiendo así, la selección escolar. Sin embargo, la legislación actual, no cuenta con todos los resguardos para supervisar que los colegios con subvención estatal impulsen en sus comunidades la educación inclusiva; quedando a criterio de los sostenedores y equipos directivos llevar a cabo las disposiciones que manda la ley de inclusión escolar.
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